martes, 15 de mayo de 2012

CONSEJO NÚMERO 38


Tu vida, Baby, es según cómo tengas programado el chip que llevas dentro: al igual que en la primera parte de Terminador yo era un asesino insaciable e inmisericorde, en las sucesivas partes llevaba un chip programado para no matar a ningún ser humano y cumplir con mi misión de salvar a la humanidad. Los robots pueden programarse, pero la especie humana es más complicada e igualmente está compuesta en su amplia mayoría por gente estúpida, mediocre, tarada, envidiosa, egoísta e inútil, y alguna poca de noble, inteligente y generosa,…con lo cual nadie es totalmente malo ni totalmente bueno. Tú eres según el chip que llevas dentro: en buena parte eres lo que quieres ser para tu mismo y para lo demás, pero a diferencia de yo mismo que soy una máquina, tú tienes siempre la libertad de cambiar tu propio chip de acuerdo con tus conveniencias. Pero debes de andar con cuidado por tu paseo por la vida, porque el día que tengas la mala suerte de perder tu propia libertad y el control de tú mismo, pierdes al mismo tiempo la libertad de programar tu propio chip, y entonces la vida acaba por convertírsete en un auténtico manicomio.






 

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