martes, 30 de julio de 2013

CONSEJO NÚMERO 86




En la vida, Baby, a veces te haces invisible ante la gente, y a veces pasas desapercibido, y todo ello sucede porque eres lo que proyectas. Gran parte del comportamiento de los demás no depende de ellos, sino de ti: el respeto, la admiración, el cariño, no van con tu ropa, ni con tu cochazo, ni con tu físico, ni con tu pelo. Hay apariencias que engañan, y la sabiduría consiste en ser mejor cada día, preparar tu persona tanto para el interior como para el exterior. Ser educado, respetuoso, amable, no se compra ni se retoca, se nace o no se nace, mejor dicho se tiene interés y voluntad en aprender, o no se tiene y uno se conforma o permanece pasivo. No serás admirable ante los ojos de quien te mira, si te miras tú y te crees superior. La envidia está ahí, e igualmente seas bueno o malo, mejor o peor, intentarán criticarte o derribarte. Pero recuerda que “lo cortés no quita lo valiente”, y que el mundo está sobradamente contaminado de tantos ombligos que se creen el centro del mismo. Y en este sentido también tienes que saber tener programado el “chip”.






 

jueves, 4 de julio de 2013

CONSEJO NÚMERO 85



La vida, Baby, acaba cuando dejas de soñar, la esperanza cuando dejas de creer, el amor cuando dejas de cuidarlo, y la amistad cuando entra el silencio. Por eso es conveniente que nunca dejes de decir un “te quiero” o “gracias” a esa persona que está a tu lado, por su tiempo, por las palabras que te dedica, por el cariño que te da. Tienes que intentar que esa persona o esas personas a quienes tú quieres, se sientan agradecidos por cruzarse en tu camino y por alegrarles la vida, tienen que sentirse agradecidas porque tú seas su amigo, y sentir también que tú siempre has estado presente en las buenas y en las malas. Y en ese sentido conviene que te programes el “chip”.